Grandes Tenidas

CONFERENCIA Gabriel Jaraba, 33º

En el marco de las Grandes Tenidas de otoño, Barcelona 5 de noviembre 2021, se organizó la conferencia titulada “Preguntas para el siglo, Masonería para el milenio” con la ponencia del Hno.·. Gabriel Jaraba, 33º.

Vivimos en un mundo nuevo con mentalidad antigua. Shimon Peres.
La propia filosofía, la literatura y la física cuántica ya demostraron que el edificio de la razón tenía grietas. Richard Tarnas.

El momento presente lo reclama: dos décadas entrado el siglo XXI y una pandemia global que de hecho es una sindemia, es decir, toda la población del mundo enferma a la vez. Es el momento de preguntarse por el futuro inmediato de la masonería en un cambio de era y el papel de la orden precisamente en un momento de cambio semejante.
El interrogante es pertinente dada la cualidad fundamental y fundacional de la masonería moderna. Hace 300 años la masonería hizo algo más que transformar una antigua y venerable tradición gremial en una institución que acabó por ejemplificar las ideas y valores de la modernidad: desplegar una rampa de lanzamiento de un nuevo paradigma para los conceptos de conocimiento, sociabilidad, convivencia, desarrollo y civilización. A menudo no reparamos en que los valores de la sociedad democrática actual son los que un día aparecieron como aspiraciones de futuro de la masonería.
Si hemos de ser sinceros, el mundo en el que vivimos es en gran parte el mundo en el que soñó la masonería moderna. Con todas las insuficiencias y defectos que se quiera, con todos los problemas a resolver, con todos sus demonios y fantasmas, nuestro mundo permite visualizar realidades y atisbos no del mejor de los mundos posibles sino el mejor momento de la humanidad en cuanto a paz, alimentación, salud, desarrollo, derechos y avance científico. Reconocer esto no es conformismo sino todo lo
contrario, es recuperar la idea de progreso que nunca debió ser abandonada y mucho menos permutada por un nihilismo que no se suele reconocer como tal.
La masonería llegó a constituirse en algo parecido al elemento dinamizador del advenimiento del pensamiento moderno o a uno de los factores que lo favorecieron. Quizás a causa de la persistencia en el mantenimiento de las tradiciones y de las formas asociativas a que las islas británicas han dado origen, a causa del consabido pragmatismo inglés, a causa de la voluntad de superación de las guerras de religión y de los enfrentamientos ideológicos, pero sobre todo a la influencia de la Royal Society en la fundación de la masonería moderna.
El BAH Ramon Salas ha argumentado con insistencia el papel de la Royal Society en la promoción de la figura de Isaac Newton y la actividad de Robert Moray en establecer un vínculo de esta asociación con la francmasonería y con el precedente Colegio Invisible. Corresponderá en otra ocasión al hermano Salas ilustrarnos sobre este antecedente, pero bástenos a propósito del presente texto definir el objetivo de la Royal Society según lo describió su primer secretario:
“Escrutar toda la naturaleza e investigar sus actividades y competencias a través de la observación y la experimentación, y después, en el transcurso del tiempo, construir una filosofía más sólida y al servicio de la civilización”.
Hoy día, la tarea de observación e investigación corresponde a la comunidad científica en su conjunto, pero lo indicado por la parte subrayada de la frase ya es harina de otro costal. Por lo ambicioso del propósito y por su declaración de intenciones explícita. Imaginemos la potencia de la nueva masonería en acción “al servicio de la civilización” y abriendo trocha para “construir una filosofía más sólida”, inspirada por la Royal Society, el Colegio Invisible y sus respectivos miembros como Robert Fludd e Isaac Newton.
No fue solamente la tradición de canteros y constructores inmersos en una cosmovisión cristiana. No fue únicamente una evolución gradual y plácida de un gremialismo simbolizado. En la masonería subsiste la
tradición del esoterismo occidental, que no se opone al oriental ni al cristianismo, y en ella confluyen modos de pensamiento y experiencias de conocimiento que no solamente vienen constituyendo una verdadera tradición europea, amplia y diversa, sino el caldo de cultivo que permitirá el surgimiento del nuevo paradigma de la modernidad.
Eso es lo que el papado identifica con toda claridad desde el primer momento y motiva la proclamación de la bula In eminenti, en fecha tan temprana como 1738, cuando declara su oposición a la nueva corriente asociativa exponiendo muy específicamente sus motivos.
Creemos que la masonería está en una posición privilegiada para contribuir al cambio de paradigma necesario porque en nuestra tradición confluyen las distintas corrientes del pensamiento occidental en las que se incluyen el hermetismo, el esoterismo, la alquimia, las místicas cabalísticas o rosacruces y la línea conductora del pensamiento medieval que condujo al encuentro entre el misticismo oriental y el occidental con el racionalismo. Especialmente en el REAA y su pluralidad subsiste una tradición esotérica occidental que puede contribuir al problema que aquí se plantea y que se basa en cruzar el puente del sujeto al objeto para negar la oposición entre lo interno y lo externo y poder penetrar en el Anima mundi.
Corresponde ahora pues formular las preguntas que permitan identificar los elementos necesarios para el cambio de paradigma global que la humanidad necesita. Para obtener las respuestas necesarias es necesario plantear correctamente las preguntas. Y la masonería ciertamente puede desempeñar este papel. Veamos a continuación cuáles podrían ser.
EPISTEMOLOGIA
Hay que tomarle las medidas al estado actual de nuestra epistemología (¿qué podemos saber?) y situarla donde es debido (¿qué deberíamos saber?). Retomar nuestra brújula y considerar hacia donde orientar el propósito de nuestro conocimiento en busca del modo correcto de vivir. ¿Sabemos en este sentido ir más allá de la especulación y el ejercicio retórico o literario? ¿Somos capaces de pensar un mundo distinto y de hacerlo cognoscible? ¿Cómo podemos responder a “¿qué es la realidad?”.
CIENCIA Y FILOSOFIA
Cada vez se menciona más la necesidad de la convergencia entre ciencias y humanidades, con los argumentos, por ejemplo, de la autora de ficción y divulgadora científica Siri Hustvedt (premio Princesa de Asturias y esposa del novelista Paul Auster). ¿Necesitamos para avanzar una praxis filosófica y científica reunificada, tras un camino de especialización extrema, para hacer real y operar sobre aquello que aspiramos a conocer?
MENTE Y MATERIA
¿La separación cartesiana entre mente y materia sigue teniendo sentido? ¿A dónde conduce ese modo de pensar, hasta dónde nos ha llevado? ¿Qué tipo de mundo se desprende de concebir que la mente es un subproducto del cerebro?
TECNOLOGÍA
¿En qué dirección debe avanzar la revolución científico-técnica? La definición de sus características principales en tanto que energía nuclear, biotecnología e información sigue siendo correcta? ¿Podemos redefinir el alcance de esa revolución y trabajar organizadamente para su cumplimiento? ¿Somos capaces de hacer visible la praxis de la teoría práctica sin la cual no será posible un cambio de paradigma en el campo científico?
REALIDAD
¿Hasta qué punto nos satisfacen nuestros conceptos sobre realidad, vida, universo y nos resultan operativos? ¿Estamos funcionando con una cosmovisión que ya empezamos a percibir como limitada? ¿Usamos simplemente una ciencia con la que nos hemos conformado a falta de algo mejor?
TRABAJO Y PROGRESO
¿Es el estado general de desigualdad, apropiación de la riqueza por una minoría y opresión entre clases sociales y minorías el resultado de un sistema determinado de producción, de la mala aplicación de este y por tanto susceptible de reforma, de contradicciones imposibles de evitar o soslayar, o bien es la forma inevitable de producir a la vez riqueza y libertad?
EXOEXPLORACION
¿La exploración del espacio exterior y el conocimiento del universo implica la utilización de la navegación interestelar, lo que significa un concepto semejante al de la navegación aérea, y antes, marítima? ¿Es necesario enviar los cuerpos al espacio cuando bastaría con enviar las mentes? ¿Podemos diseñar elementos de robótica, inteligencia artificial, biónica, etc., que actúan y trasciendan la navegación interestelar? ¿Cambiaría todo esto el concepto y alcance de comunicación, tan vinculado a la sociología, para poner el acento en la biotecnología? ¿Tiene aún sentido aspirar a la telepatía o, mejor aún, un tipo de metacomunicación humana cuyas mediaciones tecnológicas sean tan sutiles que aparezcan como no perceptibles a primera vista? ¿Tiene sentido aspirar a menos que esto?
ENERGIA
Que a estas alturas dispongamos de unas fuentes de energía tan insuficientes y defectuosas y unos modelos de aplicación tan toscos, ¿no es ello muestra de que el estado de nuestro conocimiento es enormemente precario? y por tanto, ¿de la necesidad de un nuevo paradigma global?  Que las alternativas mal llamadas ecologistas sean tan ingenuas –aparentemente- no significa acaso una estrategia política (ideológica e incluso geopolítica) en cuanto tales alternativas desembocan en un decrecimiento que no sólo contradice al modelo industrial sino, digámoslo, a la propia democracia pluralista, ¿para delicia de los totalitarismos y los modelos asiáticos y euroasiáticos de desarrollo y control autoritario?

¿Estamos preparados para tomar en consideración las tesis de Vaclav Smil y su análisis de la historia y las sociedades a través de las “eras energéticas”? ¿Estamos dispuestos a considerar, como Emmanuel Macron, la energía nuclear como energía verde? (Ver Energía y civilización. Una historia. Vaclav Smil. Ed. Arpa).
TRANSHUMANISMO
¿Las consideraciones e interrogantes que circulan sobre el llamado transhumanismo apuntan a una transformación liberadora de la condición humana o a la creación de condiciones para nuevas formas de dominación de las mayorías a cargo de unas nuevas minorías reforzadas que perpetúen con mayor eficacia su hegemonía a partir de nuevos condicionamientos materiales? ¿Estamos hablando de evolución o de una nueva forma de promoción de un “herrenvolk”? ¿Nuestro corpus ético es suficiente para sostener las innovaciones, incluso revoluciones, fruto de la biotecnología?
DIGITALIZACIÓN
La observación de la reconversión de la información y la cultura de masas aporta una revelación: el proyecto de difusión y democratización del derecho a la información democrática que supuso internet, mediante una revolución comparable a la de la imprenta, se ha convertido en un proceso de digitalización general y global de objetivos muy distintos. Apunta a un proyecto de dominación que anula el potencial transformador de la comunicación que reformule formas actualizadas de condicionamiento y determinación mucho más sofisticadas y contundentes que las ejercidas en el marco de la cultura hasta el momento. ¿Podemos entonces someter a crítica el estado actual de las ciencias sociales para inferir qué métodos de las ciencias sociales necesitamos que no nos conduzcan necesariamente a una mezcla de etnografía postmoderna mezclada con la fascinación por la tecnología solucionista, dado este punto al que hemos llegado?
SALUD Y CIUDAD
La pandemia ha devuelto, o descubierto, el miedo a la peste. Más allá de temores racionales o irracionales, vuelve la preocupación por la relación entre ciudad, salud, higiene como responsabilidad y medicina como logro científico colectivo. ¿Es un punto de partida válido para el futuro recordar que la ciudad moderna nace contra la enfermedad colectiva como resultado del atraso y la miseria? ¿Habrá que llegar a la conciencia de que
la salud no sólo depende del avance tecnológico sino de la evolución social en forma de convivencia sana y mutuamente responsable?
ETICA, SUFRIMIENTO Y EXISTENCIA COLECTIVA
El sueño ilustrado de una ética laica y una tolerancia universal y universalista vuelve a enfrentarse a los viejos demonios del oscurantismo. Un nuevo paradigma debería incluir una conciencia de basar la existencia colectiva en la supresión del sufrimiento infligido a causa de los propios humanos. ¿Es capaz el ser humano de generar tal conciencia desde el interior de su raza mediante la autonomía de la razón sin referirse necesariamente a elementos poéticos, históricos y culturales y extenderla al conjunto de la humanidad?
ALIMENTACION y POBREZA
Ahora ya sabemos que el hambre, la escasez y la pobreza en el mundo no se deben a un hado inevitable, pero también sabemos que, física y naturalmente, el planeta puede producir, bien administrado, medios de vida más que sobrantes. ¿Qué concepciones erróneas nos hacen fallar en la valoración de las condiciones de vida reales en la Tierra para que persistamos en admitir tales limitaciones y continúe así un sufrimiento innecesario?
CAMBIO CLIMÁTICO
Van apareciendo en el horizonte del mundo de la idea colectiva diversas formas de lo que otrora fue el temor al fin del mundo y ahora siguen siendo diversas expresiones del milenarismo histórico. Las pugnas entre negacionismos diversos, expresiones contracientíficas y emergencia de temores ancestrales dibujan un panorama de tensiones que aún no sabemos si son sociológicos o psicológicos. ¿Somos capaces de generar unos nuevos métodos de las ciencias sociales que nos acerquen a la realidad en lugar de repetir los mismos temores históricos acomodados a nuevas formas culturales?
GUERRA
Según se creía en 1918, la primera guerra mundial iba a ser la última guerra vivida por la humanidad. En 2021, los arsenales nucleares que durante la guerra fría y el equilibrio del terror continúan en pie en perfecta disposición de funcionamiento. Sin embargo, ni la mentalidad popular ni la información periodística proyectan a la opinión pública el temor a la destrucción general garantizada por un conflicto armado global nuclear. Los miedos populares varían con el espíritu del tiempo. ¿Es posible un cambio de paradigma global sin un esfuerzo radical, intenso y decidido, a todos los niveles, sin un rechazo absoluto de la guerra, como antes sucedió con la esclavitud, la tortura y la pena de muerte? ¿No significa ello la aceptación en última instancia de la muerte de otros seres humanos como recurso final en la oposición de intereses? ¿No es esto un riesgo más letal que una catástrofe ecológica para una humanidad no sólo superviviente sino digna? ¿No es una verdadera limitación de la conciencia humana la ominosa combinación de los arsenales nucleares como fondo de los movimientos y jugueteos geopolíticos en curso? Las culturas de guerra y revolución generadas en el siglo XX no se han clausurado. ¿Es posible caminar con ellas y sus secuelas a cuestas en busca de un nuevo paradigma? ¿Puede el género humano cambiar de mentalidad sin desprenderse de la falsa idea de la inevitabilidad de la guerra?

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Gabriel Jaraba 33º es miembro del Supremo Consejo Masónico de España Forma parte de la Gran Logia Simbólica Española desde que fue iniciado en la R:. L:. Minerva Lleialtat nº1 en 1995; ahora es mien¡mbro de la R:. L:. Acacia nº 85 de la GLSE. Anteriormente habia sido Gran Canciller de Asuntos Interiores del SCME.
El H:. Gabriel es periodista, escritor, profesor e investigador, Doctor en Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, y forma parte de su Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación y del grupo de investigación Gabinete de Comunicación y Comunicación. Periodista desde hace 53 años, ha trabajado en todos los medios –prensa diaria, semanal, agencias, radio y televisión—y fue uno de los fundadores de El Periódico de Catalunya, donde ejerció de redactor jefe. Se jubiló de los medios en TV3, donde fue director adjunto de programación y miembro de su gabinete de dirección. Ha publicado cuatro libros didácticos sobre comunicación y prepara un par de títulos más. Dirige el diario digital universitario Somos Periodismo; es miembro del comité científico de la red educativa internacional Red Innovacom; y miembro de la Cátedra Unesco de Alfabetización Mediática y Periodismo de Calidad

Supremo Consejo Masónico de España

El Supremo Consejo Masónico de España (SCME) es el depositario, defensor y conservador del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en el Estado español. Es la más Alta Institución de los Altos Grados, también conocidos como Grados Filosóficos del Rito Escocista. Forman parte de él maestros masones que ostentan los grados del 4º al 33º del R:. E:. A:. A:.. Todos los masones afiliados al SCME deben formar parte al mismo tiempo de una logia azul (es decir, que trabaja en los grados de aprendiz, compañero y maestro) de Grandes Logias o Grandes Orientes con los cuales exista un tratado de amistad y mutuo reconocimiento para practicar los Altos Grados del R.·.E.·.A.·.A.·.. El SCME es una asociación sin ánimo de lucro, registrada en el Ministerio del Interior del Gobierno de España y en el Departament de Governació de la Generalitat de Catalunya, y es la representación civil del Supremo Consejo del Grado 33 y último del R:. E:. A:. A:. de España, organismo que históricamente ha reunido y albergado la práctica de los grados del mencionado Rito. Su lema es “Suum cuique ius”.
El Supremo Consejo Masónico de España está presidido por su Soberano Gran Comendador, Octavio Carrera González, 33º.
El SCME tiene un Soberano Consejo de Gobierno y un Gran Tribunal, y encuadra a sus miembros en Cuerpos subordinados: 13 Sublimes Logias Capitulares de Perfección, 6 Soberanos Capítulos Príncipe Caballero Rosa+Cruz y 5 Consejos Filosóficos.

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