Escocismo en pensamiento y acción

Misión, visión y valores del Supremo Consejo Masónico de España

Los estatutos del Supremo Consejo Masónico de España definen perfectamente la misión de esta jurisdicción masónica, su visión de la masonería y la sociedad y los valores que considera más caros. Resumimos aquí los párrafos del Título Segundo de dichos estatutos que expresan con claridad la razón de ser y de hacer del SCME.

LA FRANCMASONERÍA es una institución que asocia fraternalmente sin distinción de opinión filosófica o religiosa, raza, patria o rango social, personas a las que conoce su sinceridad, madurez, firmeza y dignidad, ya que las une en una comunidad de afecto, acción e ideal.

SU OBJETIVO, a través del método iniciático y el lenguaje simbólico que le son propios, es mejorar a sus adeptos, hacerlos más ilustrados, razonables y fuertes, incitarlos a la investigación masónica e inspirarles la voluntad de trabajar, juntos e individualmente, por la liberación, el progreso y la felicidad de los seres humanos. Sin exponer ni invocar dogma alguno, forma así una sociedad escogida de seres probos y libres que, ligados por sentimientos de tolerancia, igualdad, justicia y recíproca amistad, ejercen el altruismo y la beneficencia en el sentido más amplio.

EL SUPREMO CONSEJO MASÓNICO DE ESPAÑA, desde su perspectiva francmasónica, practica el denominado Rito Escocés Antiguo y Aceptado (Rito Escocés) heredero de las tradiciones masónicas de las que guarda sus principios; participando así de la naturaleza y del carácter esencial de dicha institución, en razón de su contribución a la evolución del pensamiento y especialmente a la idea de que un ser honesto sólo debe aceptar lo que su conciencia pueda admitir. La Biblia o el Libro Blanco, las nociones sobre el Gran Arquitecto del Universo, la inmortalidad del alma o cualquier otro concepto, sea o no metafísico, así como todo libro, objeto o instrumento que eventualmente utilicen los talleres, no puede dar lugar a exigencias dogmáticas de ningún tipo. Nada, y en particular, ningún juramento, pueden ser susceptibles de implicar exigencia dogmática alguna. Los rituales respetarán en los grados 4º a 30º la libre opción entre las fórmulas más tradicionales y las nacidas de la influencia racionalista (cláusula ad libitum), en el bien entendido que unas y otras expresan el mismo sentido humanista de la vida.

LA ASOCIACIÓN, COMO LA FRANCMASONERÍA EN GENERAL, se orienta, pues, por los principios de la Ética, en particular, y de la Filosofía, en general, rigiéndose desde la perspectiva masónica por sus antiguos usos y costumbres y por las Grandes Constituciones de 1786, revisadas por el Convento Universal de Supremos Consejos de 1875, interpretadas a la luz de la Declaración de Ginebra de 7 de mayo de 2005, siendo su principio esencial el de la tolerancia, y no siendo órgano ni portavoz de ninguna tendencia social, política o religiosa determinada, prohibiéndose expresamente que dentro de la Asociación se fomente, tolere o acepte cualquier expresión de las ideas tendente a la división, el fraccionamiento o el combate entre los ciudadanos del propio país o de los demás.